dimarts, 31 d’octubre del 2017

El banco de la gena

La carrera ha terminado para aquellos que pueden correr y nos disponemos a coger el autobús lanzadera para bajar al parking donde reposan las fedonetas, la actitud de cada fedoboy sigue una fuerte relación  con los resultados de la prueba de la larga distancia, siguiendo una función  muy fácil de entender en la mayoría de los casos:

En mi caso, al no haber participado en la carrera, me siento bien y orgulloso de mi entreno en btt a sí que intento alejar la gena de mí.

Poco a poco el hambre se hizo notar y nos dirigimos a la zona del bar, una zona aparentemente normal, tranquila, pero que algo escondía: EL BANCO DE LA GENA.

De lejos se notaba la presencia de aquél banco, que en su asiento reposaban las nalgas de un machaca junior, un pre-Fedoboy( según el asistente técnico se necesita un año en la blume para ser un buen fedoboy) más genado que nunca, después de un buen sábado de carreras la gena le había golpeado sin perdón alguno, como el trazador castigó a los pobres H20 en la baliza 14. A su lado, el joven asturiano, quién vulgarmente es conocido como ‘’traidor’’ debido a su cambio al skimo, se genaba con su veganismo, luchando por intentar saborear un mango de apariencia no normal mientras el rey andaluz del día se burlaba de su estilo de vida.
Bajo este banco sonreía el afortunado que había sufrido el golpe de la gena en carrera pero había encontrado el cariño del amor en la línea de meta y es que parece que de todo se puede salir y más si eres arropado por los brazos de una orientadora, en su caso la fortuna se encontraba más allá de las balizas, su estado de ánimo se basaba en una función dependiendo de dos parámetros, probablemente su gena se podría calcular de forma probabilística haciéndole indefinidos experimentos de Bernouilli (x= está genado por la carrera) sacando su Binomial (x=n de veces esta genado por la carrera y p= probabilidad de que no esté genado), con estos valores, teniendo en cuenta que p>0.5 a causa de su otra fuente de alegría, obtendríamos una Normal con la que podríamos calcular la probabilidad su gena habitual.
Y entre este escenario también descansan los campeones de H20 y H18, ajenos a ningún problema, ellos gozan de la gloria.
Es en ese momento cuando me siento en el banco, aun sabiendo del tremendo peligro que eso supone, junto con la bestia de H20, un corredor que pocos días le quedan en esta categoría, el líder del grupo de tardes, que me mira y en un valenciano que siendo pronunciado por una mujer me hubiese excitado me dice: ‘’¿sientes la gena? Deja que la gena te entre dentro del cuerpo, que fluya por tus venas, deja que sé apoderé de ti, gózala’’. Termina la frase con una sonrisa malvada y es en ese momento cuando me doy cuenta de que él vive la gena de otra forma, él la vive, la disfruta, la domina, la gena forma parte de su vida, la gena no le estaba golpeando, sino que los dos juntos gozaban.
Llegados a este punto era hora de plantearse como alguien puede llegar hasta aquí, ¿es eso resultado de muchas genadas anteriores? ¿Forma ya la gena parte de su vida? ¿La gena se ha apoderado de su día a día? ¿O es eso resultado de su entorno?
Cabe destacar que el susodicho vive con otros tres mitos, los 3 con otros pilares en sus vidas fuera de la orientación, los mapas ya no lo son todo para ellos, han abierto los ojos y han visto que hay vida fuera de la blume, que se puede correr sin sufrir hasta morir  y que uno puede gozar de un fin de semana de orientación sin tener en cuenta los resultados, ellos ya no gozan de la gena orientadora como la vivieron en un pasado.

¿Será por esto que el rival más temido de Casanze ha aprendido a vivir con la gena? ¿Será por muchos años de genadas colectivas con sus compañeros que habrá aprendido a sentarse en el banco de la gena sin sentir temblor alguno?

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