La carrera ha terminado para aquellos
que pueden correr y nos disponemos a coger el autobús lanzadera para bajar al
parking donde reposan las fedonetas, la actitud de cada fedoboy sigue una
fuerte relación con los resultados de la
prueba de la larga distancia, siguiendo una función muy fácil de entender en la mayoría de los
casos:
En mi caso, al no haber participado en
la carrera, me siento bien y orgulloso de mi entreno en btt a sí que intento
alejar la gena de mí.
Poco a poco el hambre se hizo notar y
nos dirigimos a la zona del bar, una zona aparentemente normal, tranquila, pero
que algo escondía: EL BANCO DE LA GENA.
De lejos se notaba la presencia de aquél
banco, que en su asiento reposaban las nalgas de un machaca junior, un
pre-Fedoboy( según el asistente técnico se necesita un año en la blume para ser
un buen fedoboy) más genado que nunca, después de un buen sábado de carreras la
gena le había golpeado sin perdón alguno, como el trazador castigó a los pobres
H20 en la baliza 14. A su lado, el joven asturiano, quién vulgarmente es
conocido como ‘’traidor’’ debido a su cambio al skimo, se genaba con su
veganismo, luchando por intentar saborear un mango de apariencia no normal
mientras el rey andaluz del día se burlaba de su estilo de vida.
Bajo este
banco sonreía el afortunado que había sufrido el golpe de la gena en carrera
pero había encontrado el cariño del amor en la línea de meta y es que parece
que de todo se puede salir y más si eres arropado por los brazos de una
orientadora, en su caso la fortuna se encontraba más allá de las balizas, su
estado de ánimo se basaba en una función dependiendo de dos parámetros,
probablemente su gena se podría calcular de forma probabilística haciéndole
indefinidos experimentos de Bernouilli (x= está genado por la carrera) sacando
su Binomial (x=n de veces esta genado por la carrera y p= probabilidad de que
no esté genado), con estos valores, teniendo en cuenta que p>0.5 a causa de
su otra fuente de alegría, obtendríamos una Normal con la que podríamos
calcular la probabilidad su gena habitual.
Y entre este
escenario también descansan los campeones de H20 y H18, ajenos a ningún
problema, ellos gozan de la gloria.
Es en ese
momento cuando me siento en el banco, aun sabiendo del tremendo peligro que eso
supone, junto con la bestia de H20, un corredor que pocos días le quedan en
esta categoría, el líder del grupo de tardes, que me mira y en un valenciano
que siendo pronunciado por una mujer me hubiese excitado me dice: ‘’¿sientes la
gena? Deja que la gena te entre dentro del cuerpo, que fluya por tus venas,
deja que sé apoderé de ti, gózala’’. Termina la frase con una sonrisa malvada y
es en ese momento cuando me doy cuenta de que él vive la gena de otra forma, él
la vive, la disfruta, la domina, la gena forma parte de su vida, la gena no le
estaba golpeando, sino que los dos juntos gozaban.
Llegados a
este punto era hora de plantearse como alguien puede llegar hasta aquí, ¿es eso
resultado de muchas genadas anteriores? ¿Forma ya la gena parte de su vida? ¿La
gena se ha apoderado de su día a día? ¿O es eso resultado de su entorno?
Cabe destacar
que el susodicho vive con otros tres mitos, los 3 con otros pilares en sus
vidas fuera de la orientación, los mapas ya no lo son todo para ellos, han
abierto los ojos y han visto que hay vida fuera de la blume, que se puede
correr sin sufrir hasta morir y que uno
puede gozar de un fin de semana de orientación sin tener en cuenta los
resultados, ellos ya no gozan de la gena orientadora como la vivieron en un
pasado.
¿Será por esto
que el rival más temido de Casanze ha aprendido a vivir con la gena? ¿Será por
muchos años de genadas colectivas con sus compañeros que habrá aprendido a
sentarse en el banco de la gena sin sentir temblor alguno?
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